Durante la temporada de lluvias y frio es indispensable que nuestra piscina cuente con una cubierta que la proteja del polvo, hojas de árboles y otra basura que pudiera caer en ella. Al mismo tiempo, al colocar la cubierta podremos conservar por mayor tiempo la temperatura del agua y gastaremos menos gas y/o electricidad.
¿Cuál es la forma correcta de poner la cubierta?
Siempre con la cara de burbujas hacia abajo (en contacto con el agua). Cualquier idea de colocar la burbuja hacia arriba para lograr efectos ópticos restará eficiencia y reducirá su vida útil. Recuerde siempre hacia abajo, así lograremos que sea la lámina gruesa de plástico la que haga de aislante y crearemos una cámara de aire entre el plástico y el agua que reforzará el efecto aislante.
¿Por qué se desgastó el material de la cubierta tan rápido?
Porque al enrollar la cubierta, el agua que queda entre capas hace un efecto de lupa muy peligroso; una vez enrollada se concentra mucho calor internamente cuando es sometida a la luz solar. Sumado a esta temperatura, la química del cloro, el plástico y el sol son una combinación agresiva. Por ello, le recomendamos colocar la cubierta en la sombra cuando no esté sobre la piscina.
Otro factor que debe cuidar, es el balance químico del agua. Cada producto tiene cierto grado de corrosión que pueden provocar efectos adversos y desgaste acelerado. Por último, es importante evitar arrastrarla, aunque está elaborada con plástico muy flexible y resistente, los fuertes tirones la dañan, lo que genera fricción y desgaste.
Recuerde que no hay cubierta en el mercado que dure para siempre, la cubierta térmica es un consumible y su durabilidad dependerá de la calidad de sus materiales, su uso y el cuidado que tengamos.
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